jueves, 6 de octubre de 2016

El deber de un alcalde

La alcaldía, ese puesto tan ansiado por muchos y alcanzado por unos pocos, es un lugar en la historia de tu ciudad. Desde que España se considera democrática, siete han sido los alcades que han pasado por el consistorio benidormense, contando al actual, Antonio Pérez. Pero para que éstos sean recordados en el tiempo, sus actos y decisiones han debido de ser las adecuadas para el interés de Benidorm. Un claro ejemplo fue el gran Pedro Zaragoza y su famoso trayecto en vespa hacia Madrid, en busca de un encuentro con el mismo Francisco Franco, para permitir el uso del bikini en Benidorm, lo que supuso un boom turístico, junto al proyecto de urbanización del 51.

Aunque, acciones aún de tal trascendencia no se han llegado a producir en los últimos gobernantes, hay que recalcar que el popular Toni Pérez ha demostrado que es de defender a Benidorm a capa y espada. La última corroboración, es algo que a muchos va a levantar de sus asientos. La Generalitat Valenciana quiere sacar a licitación la redacción del proyecto del derribo del edificio Gemelos 28. Un derribo que costará a los valencianos 84.000€, debido a la famosa ley de costas, que produjo la anulación del Supremo por contravenir la ley en 2012. Y claro, ante la evidencia de que asuntos más prioritarios se encuentran a la deriva, como es el caso del Centro Cultural o terminar el instituto Pere Maria Orts, como apuntaba Pérez en rueda de prensa, hay que preguntarse qué tienen en contra de Benidorm desde las instituciones que no son de ámbito municipal.

Es que, no solo proyectos que dependen de la Generalitat están paralizados, sino que también, palabras del propio alcalde, desde Valencia nos están recortados derechos fundamentales en Educación, afectando principalmente a la educación infantil y el transporte, que el pasado curso fue subvencionado desde el ayuntamiento benidormense, y no desde Consellería.

Un acoso y derribo al que, Benidorm está acostumbrado. Ya lo ven también en el asunto de la denominación de municpio turístico. Que nos van a contar a nosotros del tema, cuando ostentamos la cifra de más de once millones de pernoctaciones anuales. Pero en dicha subvención, no vemos ni un euro. Hecha la ley, hecha la trampa.

Pero al caso, cuando se desprestigia y menosprecia a la ciudad, es deber de un alcalde dar la cara y reclamar lo que a uno le pertenece. Al César lo que es del César, y a Benidorm, lo que es de Benidorm. No se puede tolerar una financiación tan injusta con la ciudad, cuando ésta representa casí el 0,01% del PIB español. Y hoy nuestro alcalde se ha hecho de valer, tanto a él, como a la ciudad.

Sin duda alguna, Benidorm necesita más políticos como Antonio Pérez.

1 comentario:

  1. Muy bien hecho, pero también es hora de dar un hachazo a todas aquellas cuerdas que no estan bien aradas por bien de la ciudad...

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