lunes, 10 de octubre de 2016

Altura de miras

El problema -o uno de tantos- de este pueblo camuflado entre rascacielos, es sin duda, el poco valor que a veces damos a Benidorm. Es decir, en estos lares, hay de todo y para todos, pero muchos son los que se empeñan en tirar por el suelo las virtudes que ostentamos. Tal vez, por ello sigamos anclados en una involución como ciudad turística, y prefiramos quedarnos con lo malo conocido que bueno por conocer, ahí tienen el ejemplo en el ya famoso "todo incluido".
 
Pero hoy no vengo a hablarles sobre ello, aunque algo de relación tenga que ver con lo que paso a detallar. La falta de ambición para el pueblo desde el sector político, es más que evidente. Pero si a éste se le comienza a sumar la apatía y desinterés desde la bancada del asociacionismo, apaga y vámonos. El caso que se nos presenta, es una de las mayores corroboraciones que demuestran la falta de competitividad de algunos.
 
Es conocido por todos la ausencia de un centro comercial en Benidorm -el CC de La Marina pertenece a Finestrat, por si quedase algún despistado- y ahora se presenta más cerca que nunca, la posibilidad de que las grandes superficies aterrizen en suelo benidormense. Pero como todo acto en esta vida, tiene sus consecuencias, oposiciones e inconvenientes. Vayamos punto por punto.
 
En primera instancia, hablamos de que, la ciudad deberá desembolsar nueve millones de euros para posibilitar la llegada del centro comercial, mediante la creación de los accesos. Únicamente, la mercantil abonará tres millones de euros para concebir una rotonda que permita el acceso a este tipo de instalaciones comerciales, como así lo exige el Ministerio de Fomento. Unos, casi doce millones de euros en total, dos más de lo que se aprobase en el salón de plenos del ayuntamiento de Benidorm allá por el 2014.
 
Y qué quieren que les diga. Me parece una de las mejoras inversiones que podría hacer la ciudad en estos momentos. Nos hace falta evolucionar como tal. Pero como decía con anterioridad, toda postura tiene su lado opositorio. Esta vez, AICO, el CC de la Marina y el hipermercado Carrefour colindante a éste, han presentado múltiples y similares alegaciones al proyecto, aunque no de forma conjunta. Es totalmente lícito que se reclamen estudios sobre la sostenibilidad económica, evaluación ambiental y territorial de lo que podría ser el nuevo centro comercial. Aunque los motivos reales de que se presenten dichas alegaciones, poco o nada tengan que ver con estudios, efectividad o repercusiones económicas en Benidorm. Les explico.
 
Dejando de lado a la asociación independiente de comerciantes, es totalmente lógico que el Centro Comercial de La Marina y su colindante Carrefour, hagan de la zona un fortín y peleen hasta el final para que no llegue una gran superficie comercial a Benidorm. He defendido día sí y día también la comarcalización, pero la capital de la Marina Baixa, no puede dejar amedrentarse por quienes, a la vez que se benefician de su imagen y publicidad -múltiples son los titulares con la palabra Benidorm, los que han ocupado noticias, cuando el término municipal al que pertenecen las instalaciones comerciales es Finestrat- intentan ahora menospreciar la ciudad.
Simplemente, para terminar estas líneas, haré un poco de memoria. Recuerdo una entrevista con Agustín Almodóbar, el más que conocido Senador de Benidorm, donde le preguntaba porque Benidorm no ha sido gobernada como una de las mejores ciudades del mundo, cuando sin duda alguna, lo somos. Él, muy acertadamente, me apuntó que nos falta creérnoslo. Y discreparé en varias ocasiones con el Senador del Partido Popular, pero oigan, esta vez dio en el clavo.

A esta ciudad, o a muchas de sus gentes, les hace falta sendas dosis de altura de miras.

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