domingo, 31 de julio de 2016

¿Qué fue del interés general de España?

Los niveles de hastío hacia la clase política suben a cada día que pasa. Y no me extraña en absoluto. Dejando de lado a los más que habituales hooligans de las formaciones políticas y demás estómagos agradecidos, la ciudadanía de a pie, es consciente de que se ha comenzado una partida de ping pong en la que España juega el papel de pelota. Unas veces lanzada hacia la izquierda y otras hacia la derecha, pero que siempre, acaba siendo devuelta.

Ya en el 20D vimos las primeras jugadas y pinceladas políticas de los cuatro principales partidos y, tras el 26J y diversidad de contradicciones, una pizca de hipocresía y algo más de cinismo, han hecho de la situación política actual, un cóctel molotov que se aproxima amenazante hacia la población.

Nadie, o eso parece, quiere tomar responsabilidades, aunque escuchen en la televisión que Mariano ha obtenido el compromiso del Rey para sacar adelante el bloqueo. Habladurías. Aquí lo único importante, es ganar el tiempo suficiente para sopesar de que manera puede salir mejor parado el Partido Popular. Porque, realmente en eso se está basando la política española últimamente. En sobreponer los intereses partidistas a los de los ciudadanos. Y pruebas irrefrutables las tienen tanto en múltiples declaraciones en la campaña, como en miles de hechos ocurridos en la investidura de los primeros comicios, y como no, ahora más que nunca.

Unos vinieron con la careta de renovadores y ganadores, y a día de hoy se puede considerar a los de Rivera como la formación política que más cambia su discurso y guión, además de que la carrera de los naranjitos hacia la irrisoriedad política, cada vez parece más evidente. Otros, quisieron construir una alternativa al gobierno del Partido Popular, pero una vez más, los barones tuvieron más peso que el socialismo, y las famosas líneas rojas, tumbaron el frente progresista allá en el 20D, y ahora deambula una sombra con cada vez menos poder por los recovecos de la izquierda. 

Y para qué voy a entrar en detalles con el PP, si ya son más que conocidas sus viles prácticas. Solo apuntaré una cosa. Como patriota que soy, me avergüenza, pero si fuere votante del Partido Popular, ya me hubiese borrado de la lista, al enterarme de que el PP pactó con los independentistas en la Mesa del Congreso. Ahora parece, que además de hundir a España con sus políticas, también van a ceder ante las falacias independentistas.

Tengan claro, que si a los políticos de turno les conviene otras elecciones en lugar de comenzar la legislatura, tendremos por tercera vez otros comicios.

A la tercera, va la vencida...