
Un evento juvenil celebrado en el Auditorio Julio Iglesias, cuánto menos ha sido damnificado por cierto sector demagógico, que no quiere aceptar la realidad de este triste siglo veintiuno. Lo digo, porque en dicha fiesta de la pintura, presuntamente acabaría con comas etilíticos por parte de menores, botellazos, peleas e incluso robos. Qué manera tan sencilla de desacreditar. No me vayan a malinterpretar, pero aparte de que el edil de Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez, diera las explicaciones pertinentes al asunto, creo que al menos por lo que a mi me respecta, debo añadir unos matices.
Gracias a mi juventud, vivo en propias carnes la noche o la fiesta, llaménlo como quieran, del actual Benidorm. Y aunque algo de singular tengan las nuestras, indudablemente es algo que tiene instalado esta sociedad actual. Las reyertas, hurtos o comas etílicos en menores, lamentablemente y pese a quien le pese, es una cruda realidad de las fiestas. Sea carencia del Estado, de las fuerzas de seguridad del mismo o simplemente, culpa de los valores que ostentamos hoy en día, es lo que hay. Sin duda, hace falta concienciar y mucho, sobre las capacidades nocivas del alcohol. O tal vez hacerlo sobre el sentido de la responsabilidad. Lo que es evidente, es que ya es hora de ponerse manos a la obra para resolver este problema.
Por cierto, peores cosas he visto en nuestras fiestas patronales. Pero claro, les festes ni tocarles....
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